Y es que si, yo me considero de esos pobres, necios, ignorantes que creen que bursatilizar es endeudar, porque ¿Qué otra cosa es? Es pedir que te adelanten (alguien, con dinero suficiente para aportar y luego recibir ganancias) un dinero de un jalón, que pudiste recibir a cuentagotas en 15 años y que pagarás en ese mismo plazo, pero no en la misma cantidad que recibiste, sino con intereses que no puedes garantizar de a cómo serán.
Vaya, al pan, pan y al vino, vino, ¿Por qué jugar con la inteligencia de la gente que oye “bolsa de valores” y voltea la cabeza pensando que eso es para los ricos y letrados que saben entrarle al complejo mundo de la oferta y la demanda?.
Y es que ahora, con esta nueva y brillante idea para “sacarle oro a las piedras” bursatilizando las participaciones federales van a quedar endeudados los gobiernos estatales de los próximos 15 años, sin poder disponer de una lanita que se van a gastar en este, en un plazo que iniciará en noviembre, sorpresivamente al mismo tiempo que inician las campañas políticas, y en sabrá Dios qué.
Haciendo cuentas ya es mucha deuda, ya los dedos no me dan para contar cuántos años y con cuanta lana estarán endeudados los hijos que todavía no tengo y que hasta miedo me da traer al mundo por la cantidad de dinero que van a tener prácticamente que desembolsar de los domingos que tampoco les podré dar por las pin… bursatilizaciones que se le han ocurrido a cierto “mago” de las finanzas estatales.
Pero para colmo ni siquiera sabemos bien a bien en qué carambas se usó el dinero de las pasadas bursatilizaciones, porque se modificó tanto la regla de operación que nunca supimos por fin en qué quedó.
Yo no quisiera ser aguafistas, ni mucho menos ave de mal agüero, pero creo en mi muy humilde opinión que esto es nada mas y nada menos que una tranza, tal vez para el año de hidalgo que se acerca, posiblemente para las campañas o posiblemente para comprar las suficientes conciencias que no quieran buscar en dónde quedó la bolita.
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