Este miércoles se celebra a nivel internacional el Día Internacional para Erradicar Todas las Formas de Violencia en Contra de las Mujeres, pero al parecer en Veracruz no hay mucho que celebrar y si mucho que trabajar.
Este día se instituyó a consecuencia del asesinato de las hermanas Mirabal, llamadas "Las Mariposas", mujeres revolucionarias Minerva, Patria y Maria Teresa, quienes fueron torturadas antes de morir por pelear por sus ideales en la República Dominicana, dominada por el dictador Rafael Leónidas Trujillo.
A 39 años de su asesinato surge la pregunta sobre si han acabado todas las formas de violencia contra las mujeres, no solo la feminicida, sino también la laboral, la económica, la patrimonial, la intrafamiliar, la institucional y la gineco-obstétrica.
La respuesta que al menos yo encuentro es que no, a las mujeres se les sigue imponiendo la maternidad como unica alternativa cuando quedan embarazadas por la opinión de un tercero que ni siquiera enjendró al producto. A las mujeres sus maridos les siguen prohibiendo ir a trabajar, las siguen celando, las siguen golpeando, las siguen violando.
En los hospitales a las mujeres les siguen imponiendo métodos anticonceptivos invasivos, como el DIU y sin consentimiento de ellas solo por "control de la natalidad" cuando la Constitución las protege contra esta violación.
Ahora para colmo la Iglesia, el Gobierno, los diputados, los partidos, los grupos de poder intentan intervenir en la decisión más personal que puede tener una mujer, su maternidad y pretenden obligarla a aceptarla restándole el poder de decisión que tiene como persona mediante un texto escrito en una Constitución.
Las prohibiciones nunca han impedido que pasen las cosas, solo las vueven más clandestinas, más inseguras y por supuesto más caras y corruptas, eso es lo que seguirá pasando con el aborto.
En solo ocho años se han hospitalizado 83 mil mujeres por aborto en Veracruz, osea:
10 mil por año
833 por mes
27 al día
Más de una por hora
Eso sin contar el hecho de que muchas no acuden a los hospitales públicos por temor a ser encarceladas, o que se presentan argumentando cualquier otro padecimiento o simplemente que dejan pasar el tiempo hasta que quedan infértiles o mueren por infecciones o hemorragias severas, por temor a ser penalizadas y estigmatizadas.
Entonces, ¿De veras se ha acabado o combatido la violencia de género? ¡¡¡Claro que no!!!.
Y para quien piense lo contrario que se lo diga a las ocho mujeres violadas, torturadas y asesinadas en Isla Veracruz; a las tres niñas drogadas y violadas en Xalapa, una de ellas muerta; a las periodistas amenazadas por dar a conocer información sobre asesinatos de mujeres y corruptelas en ingenios; a la difunta Ernestina Ascencio Rosario, violada, torturada, asesinada y luego descartada como una víctima al diagnosticarle una gastritis; a las mujeres acosadas por sus jefes, amenazadas con ser despedidas si no tienen relaciones sexuales con ellos o difamadas cuando no lo permiten; a las mujeres ejecutadas; a las mujeres golpeadas por sus parejas; a las mujeres que trabajan por salarios muy bajos en jornadas de más de ocho horas; a las mujeres asesinadas por sus parejas "atropelladas por accidente" y muchas más.
La violencia existe, cómo negarlo, pero cómo combatirla es el problema, parece que todos nos la guardamos, cuando la vemos no la denunciamos, cuando la detectamos no damos la mano para evitarla, cuando la señalamos no exigimos su atención, cuando exigimos que se atienda permitimos que nos callen con noticias diferentes, cuando nos callamos contribuimos con la violencia.
No más, todos conocemos a nuestro alrededor al menos cinco mujeres que viven en una situación de violencia, si las vemos y lo necesitan no es difícil tenderles la mano.
martes, 24 de noviembre de 2009
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